El Sentido de lo Concreto

Enmarcado dentro de los cinco fines del escultismo, el Sentido de lo Concreto cubre dos aspectos:

1. Quiere, en primer lugar, que los jóvenes tomen conciencia de la realidad de la vida. Hoy en día, la mayor parte de los jóvenes viven en zonas urbanas. Su entorno habitual es cada día más sofisticado y artifi­cial; todo está hecho para facilitarles la vida. En un universo de botones y “clics”, el muchacho vive como en un capullo esterilizado, insípido. Por tanto, no debe asombrar que busque huir hacia paraísos artificiales. Pero rápidamente se convierte en un prisionero, en un esclavo de las costum­bres cómodas y placenteras; incluso cuando se va de “camping”, llevando con ellos aquello que estiman indispensable para su vida: cama, frigorífico, radio o televisión.

Queremos permitir a los jóvenes sumergirse en la realidad de la vida; ser capaces de vivir con sus propios medios: saber montar una tienda, prote­gerse del viento, de la lluvia o del sol, encender un fuego con todas las ga­rantías de seguridad y prepararse la comida, con o sin gas, orientarse con las estrellas, caminar de noche sin linterna, etc. La naturaleza es escuela de vida. Sus lecciones son aprendidas y asimiladas con rapidez. El primer contacto con ella puede suponer un shock, pero rápidamente el muchacho se alegra de reencontrarse con sus reflejos, con sus instintos, con su ale­gría de vivir.

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El Sentido de Dios

Es último (como finalidad) de los cinco fines del escultismo:

La palabra “sentido” tiene una doble significación: permite expresar el hecho de sentir, por un lado; y por otro puede indicar también una dirección. Educar el sentido de Dios implica estos dos aspectos.

  • El descubrimiento de Dios
  • El escultismo quiere ser una ocasión para que el muchacho descubra a Dios.

Por la vida en la naturaleza, en primer lugar: el adolescente es capaz de admirarse ante la belleza de los paisajes que irá descubriendo; son nume­rosos los lugares y momentos que conducen a la contemplación. Me acuerdo de esta promesa, en la nieve, en la cumbre el Aneto, al levantarse el sol… Veladas en noches cargada de estrellas.

La vida en la naturaleza permite descubrirla de verdad, descubriendo tam­bién a Dios en la obra de su creación. La belleza de la naturaleza es un signo del amor fácilmente perceptible por el muchacho.

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